miércoles, 29 de agosto de 2012

IMPÁVIDA NOCHE (28/08/2012)


Requiebros ebrios,
sojuzgar de tacones;
díselo a ellos,
que parecen pendones.

Malestares regios,
sobriedad en los Borbones;
¡qué de palaciegos!
muy, pero que muy, gorrones.

Y jueces recios
someten a capones
a muchos cientos
de ilustrillos ladrones.

lunes, 20 de agosto de 2012

TARDE EN EL HOTEL (03/08/2011)


Paredes color salmón,
un cuadro en blanco y negro,
me separa el cerebro
al ver la calefacción;

y mi madre, con razón,
me puso un chubasquero,
que me da mal agüero,
por el color del sillón.

A mi lado abro un cajón
con un solo mechero,
limpio está el cenicero
como el cristal del balcón.

Kit dental desechable,
mamparas a medio hacer,
y un rápido rodapié
del que asoma un ruin cable.

sábado, 18 de agosto de 2012

CABEZADITA EN EL TREN (01/08/2011)


Tambaleo de vagones,
ronquidos anónimos,
olor a canónigos
que se concreta en sabores.

Intermitentes temblores,
crujidos recónditos,
paseos lánguidos
que aplazan mil sinsabores.

                                                                                     Miradas frecuentes,
                                                                                     chasquidos perennes…
                                                                                     y, de repente, una voz
                                                                     nos alerta de la llegada a Albacete.

miércoles, 8 de agosto de 2012

¡CIAO CHAMANA!

Chavela Vargas

En apenas tres meses se nos han ido dos de los mexicanos que más huella dejarán para la posteridad: Carlos Fuentes y Chavela Vargas. Aunque la segunda nació en Costa Rica y tuvo que construir su futuro como cantante desde el seno más humilde; para ambos México fue su casa. La herencia fue recíproca: crecieron allí y ayudaron a que creciera. Ambos (junto con grandes amigos de la Chamana ‒como Carlos Monsiváis, Joaquín Sabina, Felipe González, Frida Khalo, José Alfredo Jiménez‒), aparecen en el reportaje que se adjunta al final de estas líneas.

Con 93 años, la “Chamana” no ha podido presenciar en vida el homenaje que su Tepoztlan venía preparando para el próximo mes. Un polémico viaje a España, quizá, terminó por agotar a una mujer que luchó durante toda su vida por los derechos humanos, y que acabó con cientos de litros de tequila, siempre rodeada de amigos. Uno de ellos, Pedro Almodóvar, decía que “desde Jesucristo, nadie había abierto los brazos como ella”. Y es que llenaba de este modo ‒con su característico poncho rojo y haciendo uso de una desgarrada voz que te llegaba directamente al alma‒ los escenarios más importantes del mundo. Aunque para ella, el Palacio de Bellas Artes de México siempre ocuparía el primer lugar. Emblemático edificio donde se le acaba de dar el último adiós, entre lágrimas y una tormentosa lluvia (como era ella). “¿Quién pudiera reír como llora Chavela?”.

Sin embargo, el domingo no fue un día del todo triste: aunque en una parte del atlántico cientos de “chaveleros” se reunían junto al féretro (todavía sin incinerar) en un doble homenaje sin precedentes; en la otra Usain Bolt hacía historia en la mejor carrera de 100 metros lisos que se recuerda. Y por si esto fuera poco, en Marte aterrizaba (verbo que, tristemente, no se usa en el aeropuerto de Castellón) el “Curiosity”: un robot que tiene como misión explorar la superficie del planeta rojo y ayudar a acabar con el debate de si hay vida o no más allá de La Tierra. Como vemos, unas páginas terminan de escribirse y otras empiezan; pero, algo está claro: los versos (“el diario no hablaba de ti”) de Joaquín Sabina en “Eclipse de mar”, no se cumplieron.


miércoles, 1 de agosto de 2012

HUESOS DE SANTO




De súbito, me desperté. Faltaban tres minutos para las ocho. Caminé hacia la cocina mientras cruzaba las tres acuarelas de La commedia dell´arte que adornaban el angosto y todavía lúgubre pasillo. Tres fueron también, casualmente, las veces que estornudé mientras sacaba el trípode del microondas e introducía la taza con leche.

Una vez en la calle, conté ‒esquivando con meticuloso cuidado un cochecito con trillizos‒ los pasos que separaban la puerta de mi casa de la del quiosco de prensa: 33. Empezaba a obsesionarme con ese número. Así que, para pensar en otra cosa, levanté el pisapapeles que impedía que las páginas de la prensa se desbarataran con el viento, y alcé la portada de El País. En ella se leía el siguiente titular: «Mueren 333 personas en un incendio». La paranoia empezó a acrecentarse de tal modo que decidí regresar de espaldas a mi casa. No tenía más que desplazarme desde la esquina hasta el número 3. Mi objetivo era volver a emprender el rumbo hacia el quiosco con las zancadas más largas, con el fin de reducir el número de pasos; y así, no sé por qué, quizá disminuyera el número de muertos en el incendio.

A medianoche, sudoroso y hambriento, abrí los ojos. Me levanté para ir a la cocina. Curiosamente lo único que tenía en la despensa de mi piso de soltero eran tres paquetes de “medias noches”. Tras frotarme durante unos segundos los párpados, me alegré de que no tuviera “huesos de santo”.


PRELOPISMO & PREOLIMPISMO


Corral de Comedias 


El pasado viernes medio planeta se sentaba frente al televisor para ver y oír (curiosamente en francés) una ceremonia espectacular. Y digo espectacular porque los actos previos al comienzo de los Juegos Olímpicos de Londres (aunque, ¡qué paradoja!: el día de antes ya compitieron algunas disciplinas ‒como la desafortunada selección de fútbol‒) tiene, además de la semejanza que presentan sendos membretes (Prelopismo & Preolimpismo), rasgos comunes con la farándula y la parafernalia que precedieron al teatro aurisecular del gran Lope de Vega.

            Y es que, tal y como sucedió hace 500 años, la antesala del certamen deportivo más importante del mundo se llenó de luz, color, música, actuaciones, ensayos, vestuario, público… y críticas; pues ambos eventos (Prelopismo & Preolimpismo) son de indudable interés social. ¿Qué te parece la ropa de la delegación mexicana durante el desfile? ¿Por qué el sistema sanitario cobró tanta importancia? ¿Faltaron los Rolling Stones? ¿Cómo ves el pebetero?... son algunas de los temas que más interés despertaron entre los seguidores de twitter: una de las plataformas más en boga que, sin duda, distingue de forma diáfana épocas tan lejanas, ya que las redes sociales han relegado la interacción entre el público de tan variada índole que asistía a las obras de Torres Naharro, Gil Vicente, Juan de la Cueva o Lope de Rueda. Muchos de estos imborrables nombres de nuestra historia fueron pioneros en instaurar el género de comedia, la separación de las obras teatrales en actos, las técnicas de representación, los primeros esbozos de efectos ‒espaciales más que especiales‒. Del mismo modo que el británico Danny Boyle (director y productor de cine) innovó una nueva forma de mezclar una película con una actuación en vivo: el verosímil descenso de la reina en paracaídas, la carrera de Mr Bean mientras se quedaba dormido tocando el piano o los guiños a la literatura infantil y a la inconfundible música británica servían de prólogo para algo grande, muy grande. Pues, ahora mismo ¿hay algo que pueda unirnos a todos, arrinconando por un momento la prima de riesgo, el fraude electoral o la guerra siria?

Es triste, pero a veces los espectáculos (como ocurría tras la Edad Media y ahora) sirven para desprendernos de la porquería que nos rodea. El teatro prelopista fue el inicio del más valioso talento del que, hasta ahora (exceptuando al genio de Cervantes), ha gozado nuestra cultura; mientras que el preolimpismo ‒es decir, lo que antecede a los Juegos Olímpicos‒ será lo último antes de la gran catástrofe mundial que pronosticaron antiguas civilizaciones. Hasta entonces, yo me quedo con la magia que comparten ambos escenarios.