viernes, 26 de agosto de 2016

Café Society

Ya somos todo aquello
contra lo que luchamos a los veinte años
José Emilio Pacheco, Desde entonces

Ya está aquí la nueva película del maestro Woody Allen: Café Society. Es una comedia romántica, una de sus películas más nostálgicas, más tiernas y, pese a todo ello, una forma única de parodiar y de atar cabos.

            Una obra de Woody Allen siempre te deja un par de momentos, como mínimo, en los que dices ha valido la pena escuchar los ronquidos del de atrás. Sobre todo se debe al guion. Aunque los actores de Café Society enseguida logran empatizar con el espectador. Creo que salen muy bien parados los protagonistas: Jesse Eisenberg y Kristen Stewart. Él mantiene la esencia: frenético, testarudo y dubitativo. Ella desarrolla la fuerza, la decisión y el lenguaje no verbal. El alter ego del director y el impacto del cliché femenino van creciendo.
            Café Society es el lugar donde se reúne la clase alta. Allí hay buena música y bebida. Los clientes abren y cierran tratos. Todo aparenta ir bien. Pero por dentro cada persona tiene las mismas inseguridades. ¿Cómo llega a focalizarse la acción en este ambiente? La trama es similar al resto de sus textos. Pero no es un inconveniente.


 Hay quien cree que el genio neoyorquino ya se apagó hace tiempo, que ahora solo vemos copias menos ágiles de sí mismo. Esta es la opinión, por ejemplo, de Alejandro Alegré en El Confidencial. Sin embargo, me parece que confiar en el de Brooklyn sigue siendo una apuesta segura. Si hemos visto la mayoría de sus películas, existen elementos comunes en su fotografía, música y ambientes que ya nos resultan familiares, aunque precisamente esa comodidad nos puede hacer reparar en un lenguaje subyacente que el tiempo da y sigue dándole a Allen. El próximo mes se estrena su serie Crisis in Six Scenes.
            Es cierta la nostalgia de la que hablan algunos que ya han visto la película. Es una de las historias que indirectamente alude a cierta despedida, a un carpe diem cómico. Todavía hay algunas frases que retratan rápidamente a los personajes que encarnan el pesimismo tan gracioso de Allen: «Vive cada día como si fuera el último y alguna vez acertarás».

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