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Hay quien piensa que la muerte
hay que vivirla a plena
mente.
Luis Eduardo Aute («Muerte
natural mente», pág. 17)
Luis Eduardo Aute (Manila, Islas Filipinas, 1943) es uno de los grandes poetas españoles. El sexTo animal (Espasa, 2016) es su reciente libro (queno el último, seguro). En estos
brevísimos poemas encontramos la poética de una voz que defiende el amor, los
animales y la filosofía; mientras que repudia la ineficacia de la política, la
economía e internet (si es que estas tres «cosas» no son lo mismo).
Hace unos meses, Aute estuvo
firmando en la Feria del Libro de Madrid. Se sentó en una silla, pero enseguida
la cambió por un taburete. Este gesto anecdótico muestra la evolución de su
carrera artística. El pintor, músico, poeta y cineasta ha reservado la gravEDAD
de su voz para reflexionar sobre los grandes temas (amor, Dios y muerte) extremando
un lenguaje que todavía nos puede decir muchísimo. Desde haikus aforísticos a
palíndromos cabalísticos, El sexTo animal
(aunque en realidad es el EL SEXtO ANIMAL) voltea la realidad en la poesía.
En el libro encontramos (así lo dice
explícitamente): «poemigas y otras icognografías». Las «poemigas» me recuerdan
a hormigas que cargan con la tradición y la modernidad hasta ocultarse en un
minúsculo agujero por el que ver(nos). Javier Yuste le pregunta al respecto en El Cultural:
P.- ¿Qué son exactamente los poemigas?
R.- Los llamo así porque no sé muy bien lo que son.
Sencillamente es un término que hace referencia a juegos de palabras, algunas
veces aforismos, algunas veces greguerías... Por eso se me ocurrió lo de
poemigas, porque en todo caso pudieran ser como migas poéticas.
Las «migas» nos
transmiten una escritura de sobremesa. Imagino a Aute después de desayunar, tarde,
girando (de derecha a izquierda) los posos del café y, a la vez, hojeando el periódico
(de papel). Con un rotulador verde redondea algunas frases de las noticias. De
política, de economía, de opinión... Los pequeños caracteres negros le sugieren
una reflexión que explota los significados del significante. Es una tarea
doméstica, sencilla y necesaria. Fácil para genios como el suyo (o el de
Sabina, Millás o Woody Allen). Es una virtud; nostros dejaríamos las migas y
los poemas sobre el mantel y, claro, las hormigas se las llevarían para hacer
quién sabe qué, cómo saber dónde. Lo último sí lo tenemos claro: en El sexTo animal. Ahí encontramos cápsulas
del tiempo que nos (que)da.
Fernando Beltrán prologa
exquisitamente este libro de Aute. Concluyendo que estamos ante:
Otra forma de mirar, de entender, de rechazar, de
amar. De dejarse morir uno mismo para renacer de nuevo, más vital, más fuerte,
más extraviado aún, más invencible. De reír por no llorar, en definitiva, o de
llorar a lágrima viva porque aún pueda parecerles broma a algunos este oficio
sagrado a voz en grito que es quemarse la sangre (9).
Este es un libro
para tenerlo siempre en la mesita de noche. No deberíamos de leerlo del tirón,
aunque por momentos es irrefrenable. Qué bien dormiríamos dándole vueltas a uno
de estos poemas vitales... Cómo empezaríamos el día si arrancáramos con la
palabra de Aute...
El
sexTo animal se organiza en varios
poemarios u hormigueros: «Aleadas», «Lo que son las cosas», «Mercápolis», «Dioserías»,
«Reflexividades jugando al yo-yo», «Tecnopatías», «Metapsíquica del Big-Bang» e
«Ite Insumisa Est; es decir, alientos de amor, disecciones rutinarias,
orografía crematística, jubilación de creencias, analgésicos narcisistas, áTICas
fóbias, origen que rige y estructuras que supuran pero suturan.
A continuación recopilamos algunos
de los «ani-bienes» que tan «ani-males» «poemigas» nos han transmitido.
Tengamos en cuenta que la estructura del poemario y de Aute es la que se aclara
en el penúltimo texto del libro:
ARGUMENTO
Planteamiento,
Nudo
y
Des-nudo
como Enlace (269).
Copiaremos los
textos tal cual, conscientes de que se pierde el espacio que la página en beis
muestra como márgenes, vacíos, silencios, interpretaciones, ambigüedades,
múltiples significados, de cada texto.
(Págs. 30-31) |
Son habituales, por ejemplo, los
juegos de palabras mediante la mayúscula de algunas letras, generando varios
significados a partir de, en este caso, una crítica a los objetos volantes
identificados que nos observa:
nos obligan a
empaDRONarnos
En tiempos de neo-piratería,
habría que organizar
un escuaDRÓN de laDRONES
de DRONES (28).
La pescadilla
que se muerde las piernas de la cubierta, aparece en un poema basado, principal-mente,
en las dos palabras −alfa y omega de la vida y la poesía−:
FINCIPIO
El único fin
del principio
del fin
es que el fin
tenga, finalmente,
principios (33).
El punto final
me sobra en este poema. Sin embargo, poco podemos comentar, los textos de Aute se
sostienen, hablan por sí mi(S)mos. Son completos, perfectamente estructurados,
repensados y madurados. Nos ofrece, estoy seguro, el resultado de un larguísimo
proceso mental que, puede ser, su experiencia le permite que fluya en cualquier
situación. Podemos considerarlos incluso chistes que recopilan diálogos y
modifican discretamente el final de
frases populares:
GANARÁS EL PAN
CON EL SUDOR DE TU MENTE
Hijo: −Padre, quiero ser filósofo.
Padre: −Eso no es trabajar, hijo,
ahí
no se suda.
Hijo: −Pues según me dicen,
eso
de ser filósofo es cosa
muy
sesuda, padre (67).
Este tipo de
poesía, de una complejidad natural. Me parece uno de los logros de la lengua. A
pesar de la tecnofobia que aparentemente se desprende de El sexTo animal, creo que las nuevas formas de expresión van
ligadas y, en parte, enriquecidas por los nuevos modos de comunicarnos. El
humor que desde hace miles de años se trazaba en los muros de las primeras
civilizaciones continúa despertándonos risas y resoplidos que camuflan
lágrimas.
PATRIMONIO
Cuando hay acuerdo
entre dos herederos
la herencia se reparte
con co-herencia (111).
Resulta curioso
que un poema que trate de la distribución equitativa de los bienes esté en la
página 111: todos primeros, todos iguales. El lenguaje nos está diciendo,
advirtiendo, aconsejando y retratando constantemente. Solo hay que prestarle la
atención que le brinda Aute. Los prefijos, los guiones y los paréntesis
permiten explotar la paronomasia y la aliteración de nuestra lengua.
«Lo que son las cosas» presenta doce
mandamientos, una tabla de salvación donde recordar cómo escrivivir:
IX. Los
tiempos muertos
son...
absolutamente
vitales (128).
Gilberto Owen
decía que la poesía patriótica termina siendo patriotera. La de Aute es todo lo
contrario, invencible: «¿Banderas?/ ¡Ni la blanca!» (131). El poeta español domina
incluso las posibilidades del inglés:
IN GO(L)D WE
TRUST
El broker
que lleva a Dios por bandera
siempre se gana
el Paraíso
Fiscal (156).
Para definir la
realidad de nuestro país, a Aute le sobra con un buen título y tres palabras:
MARCA ESPAÑA
Nación en pago (167).
En otros casos,
especialmente al final de El sexTo animal,
advertimos textos más complejos. En estos casos, la cita que origina la «poemiga»
se recoge tal cual, entrecomillada, con cursivas decisivas para comprender por
completo el conflicto (ir)resuelto:
«LA EVOLUCIÓN HA CREADO ESPECÍMENES MARINOS EXTRAORDINARIOS»
Texto en off de un documental
sobre monstruos
marinos.
En este caso,
¿no será Creacionista
la Evolución? (204)
Podemos pensar
que el autor escribió el texto anterior justo mientras veía el susodicho
documental.
En definitiva (cfr. 254):
LEY DE
INGRAVITACIÓN CÓSMICA
El centro de gravedad,
además de estar descentrado,
es absolutamente
i g á i o.
n r v d
Si todavía no nos
ha quedado claro qué son las «icognografías», a mitad del libro encontramos una
serie de fotografías y dibujos que llevan por título «Pornografía marmórea o
Sexo en la bañera de la habitación 19-12 del Holiday Inn de Puebla, México,
2015». Los títulos de Aute ya son en sí un poema. Las imágenes las tomó el
propio autor el año pasado. Aunque los manises
o azulejos del baño del hotel poblano son realmente sugerentes, la inspiración
del poeta no se hubiera despertado de tal modo en otro lugar, pues se debe a la
fuerza barroca de las calles adoquinadas, la Catedral, el Popo... que el autor
de El sexTo animal vería desde el
hotel. Su lápiz imita, recrea, las posturas y desnudos que entre vapor y miopía
deja ver la cortina de la bañera.
«Pornografía marmórea o Sexo en la bañera de la habitación 19-12 del Holiday Inn de Puebla, México, 2015» |
Hace diez días, Aute sufrió un infarto.
Las muestras de cariño enseguida quedaron patentes en las redes sociales. Entre
ellas destaca la de su sincero amigo Ángel Petisme.
Ojalá te recuperes pronto y no dejemos de leerte, AUTE.
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