Requiebros ebrios,
sojuzgar de tacones;
díselo a ellos,
que parecen pendones.
Malestares regios,
sobriedad en los Borbones;
¡qué de palaciegos!
muy, pero que muy, gorrones.
Y jueces recios
someten a capones
a muchos cientos
de ilustrillos ladrones.
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