
“Robe” Iniesta nos presenta ya en las
primeras líneas del prólogo algunas de las reflexiones que enriquecerán las
aventuras del protagonista, quizá un álter ego del poeta:
El
hombre es el único animal que necesita escribir su historia para poder recordarla.
Cuando nace no sabe absolutamente nada. Moriría si no aprendiera a vivir. La
raza humana es la única en la naturaleza que no transmite ninguna información
innata que vaya más allá de lo puramente genético. Carece de auténticos
instintos. No durará mucho.
Porque
¿quién escribe la historia? Nunca los vencidos, los despojados, los sometidos.
Por eso, por ejemplo, las guerras ‒cuando acaban, y pasa el tiempo‒ dejan en la
memoria colectiva un poso en el que se adivina el inconfundible y dulce sabor
de la victoria: esfuerzo con recompensa, sufrimiento con premio, dolor que
termina, que se olvida.
¡Qué
distinta hubiera sido la historia de la humanidad si sólo se hubiera escuchado
a los perdedores! (9)
Y esta es la historia de los despojos de
una guerra que de momento gana la cordura, ¿o no? Quien empieza a leer El viaje íntimo de la locura, y se
encuentra con esto, quizá piense que no tendrá nada que ver con el cerezo
dormido del que se habla en la contraportada, pero todo está relacionado. Si echamos
un ojo al prólogo después del epílogo (y del resto de la obra) entendemos la
visión de una vida virgen, sin contaminación, desde las capas más bajas del
pensamiento, la naturaleza y el carpe diem. Y es que “Robe” nos cuenta la
historia desde el otro lado (que no tiene por qué ser el único), de ahí el
juego de perspectivas que se establece con las lombrices que cambian incluso el
final de la historia. Esta otra versión (¿de los vencidos?) recuerda al
homenaje que su grupo, Extremoduro, le rinde a Pablo Neruda en el disco Agila (1996) y Grandes éxitos y fracasos (2004):
“Walking around”
(1935), Pablo Neruda & “Sucede” (versión 2004), Extremoduro:
Sucede que me canso de ser hombre.
[...]
Sucede que me canso de mis pies y mis
uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne
de fieltro
navegando en un agua de origen y
ceniza.
|
"Sucede que me canso de ser
hombre"
sucede que me canso de mi piel y de mi
cara
y sucede que se me ha alegrado el día
¡coño!
al ver al sol secándose, en tu
ventana: tus bragas
|
Los restos de una sociedad asolada y
desolada se levantan del solar que guarecía su pacífica, regular y sumisa
existencia. No desvelaremos el argumento, pero solo destacaremos la casualidad
(¿causalidad?) del estreno de la película Up
el mismo año (2009) que el libro de Iniesta.
El
viaje íntimo de la locura tiene tres partes. En la primera
apenas ocurre algo. Todo son descripciones, ¡pero qué descripciones! Aunque
pueda resultar algo lento, el ritmo frenético de las páginas sucesivas necesita
esa calma que precede a la tormenta, en este caso de la mente. “Robe” forma un
mural de las inquietudes del ser humano, conjugando los grandes temas de la
literatura: locura, aventura y amor. Aunque estas tres aspiraciones o
conflictos parezcan lo mismo, la riqueza de la buena escritura consigue
mostrarnos sus diferencias y sus vasos comunicantes. Además, el poeta
placentino disfruta en este viaje (ínfimo por el retrete, por las lombrices o
por lo humano), regalándonos una canción (“El amor de las selvas”) del peruano
José Santos Chocano:
“Quisiera
ser el jaguar de tus montañas
para
llevarte a mi oscura madriguera.
Y
ahí abrirte las entrañas
para
ver si tienes corazón siquiera” (315).
Del mismo modo, la diferencia entre
“simpatía” y “empatía” queda clara en las últimas líneas del viaje, gracias a
la relación entre música y literatura que inconscientemente se establece entre
músico y poeta:
Las lágrimas, la sangre, el sudor, la
orina, el semen..., en fin, lo escatológico lubrica la capsula que nos aferra a
los tópicos, sacándonos de “nuestros tunelillos” con ese porcentaje de la mente
que se supone que no usamos y del que se habla tanto últimamente.
Leí El
viaje íntimo de la locura en vísperas del concierto que Extremoduro dará en
Villena el miércoles 13. Seguro que ahora las canciones y sus letras suenan de
otro modo. Posiblemente también se hable de este viaje en el curso que comienza
hoy en la UIMP sobre “Literatura y locura” (el cual se puede seguir en directo vía Streaming).

Se trata pues de un buen libro para
cualquier interesado en pasar un buen rato, en viajar, en conocer la primera (y
esperemos que no última) novela del compositor de Extremoduro, en disfrutar de
las dimensiones que se alejan de lo quijotescamente cuerdo... o simplemente en
los que quieren saber qué carajos tienen que ver las lombrices, el cerezo, el
eucalipto y el tío del váter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario