lunes, 10 de noviembre de 2014

De las bandoleras de don Lope (de Vega) y Carme Portaceli a la XXII Muestra de Teatro español de autores contemporáneos: Carles Alberola



Este fin de semana actuó la Compañía Nacional de Teatro Clásico en el Teatro Principal de Alicante. El sábado a las 21:00 y el domingo a las 18:00 representaron Las dos bandoleras de Lope de Vega bajo la dirección de Carme Portaceli. Sin embargo, añadieron una tercera bandolera que abría la veda femenina en una sala medio llena y con un público maleducado. Pese a los bostezos, ronquidos y teléfonos móviles... el final de la obra movió los aplausos durante varios minutos. Una fiesta pues que coincide con la XXII Muestra de Teatro español de autores contemporáneos.


La megafonía advirtió dos cosas: “apaguen sus teléfonos móviles y no entren a la sala una vez empiece el espectáculo”. Ninguna se cumplió. A mi lado había dos asientos vacíos. Empezó el monólogo de Triviño (Helio Pedregal) y unos pasos se acercaban por mi izquierda. Estaba en primera fila, frente a las dos bandoleras: Inés (Carmen Ruiz) y Teresa (Macarena Gómez). Esta última miró de reojo a la pareja que se sentaba preguntandose sin reparos “cómo se llama la obra”. La rodillera de Inés simbolizaba la cojera que sufre la cultura: demasiados palos. El público pudo servir de muleta, pero no lo hizo; solo cuando Leonarda (Gabriela Flores) apareció se produjo una especie de comunión entre sus ojos y los del resto. Los soldados, don López y Álvar Pérez, (David Luque y Álex Larumbe) provocaban desplantes; el rey (Albert Pérez) humanismo; don Carlos (Llorenç González) vergüenza; y Orgaz (David Fernández “Fabu”) tímidas risas.


El eje de Leonarda facilitó un juego de espadas, maquillaje, vestuario, música, iluminación y fotografía clásicamente modernos. Los temas (la libertad, la lucha y el honor de la mujer) eran actuales. Lo que nos recuerda nuestro lento progreso. El decorado se reducía a un triángulo inclinado que servía como base de tres peñascos dorados: uno por cada problema (o solución). Las dos horas se pasaron volando. Los actores consiguieron atraer a unos espectadores que no se lo pusimos nada fácil. Carme Portaceli dirigió magistralmente un texto en verso cuidado y complejo que Lope de Vega compuso para criticar la situación de la sociedad (y a lo mejor de su personalidad).


La libertad, la lucha y el honor del teatro en Alicante escalan los peñascos (algún tiempo dorados) en la XXII Muestra de Teatro español de autores contemporáneos: una programación variada que ocupa hasta el próximo fin de semana el Teatro Principal, el Teatro Arniches, el Centro Cultural y el Jardín de “Las cigarreras”, Clan Cabaret, el C. P. Gloria Fuertes, el Paraninfo de la Universidad de Alicante, la Plaza del 25 de mayo y el Aula de Cultura de la Fundación Caja Mediterráneo. Esta noche a las 21:00, por ejemplo, el público tiene una oportunidad para expurgarse en el Teatro Principal, para apagar los móviles y no entrar una vez comience la representación. Carles Alberola será homenajeado hoy en La Muestra; además dirige y actúa en el estreno de ¿Me esperarás?, y participará mañana en el “Cicle escriure El País” a las 10:00 en el Salón de grados de la Universidad de Alicante. ¿Los esperaremos?



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