lunes, 26 de enero de 2015

La novela zombi, de Ériq Sáñez

Ériq Sáñez (Ciudad de México, 1986) ganó el Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2014 con La novela zombi (Conaculta): un conjunto de relatos breves que recrean una historia del ser humano y sus alrededores, con una voz propia que conjuga oralidad y poesía.


Ériq Sáñez
Ériq Sáñez estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. En 2010 obtuvo el Premio Nacional Punto de Partida. Ha sido colaborador en Confabulario, Este País, Luvina, Timonel, Replicante, Penumbria y Nagari Magazine. Parte de su trabajo poético está incluido en Poetas siglo XXI. Antología de poesía.

Hace tres años, cuando estudiaba en la UNAM, ya daba muestras de su visión de la literatura como una continua (re)creación. Prueba de ello es el poema que hizo sobre el Libro de Alexandre:

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzj2yHncdk5ZBQQ4O1ChSgzI_au_Gmo2MPtLs20Vf5cgahTqx8cQ6Z26EtkiMKyY89BPFXhdM0-1KKvB9zWZ5Ha2-jiv-2i5gh4aV8yTIWDdG6j2XyZJaw0sAV_Mv9ubhBWc4YGhOAjaw/s1600/24112011667.JPG
"Poema de Alexandre",
de Ériq Sáñez
“Y así en tierras horribles       e de bestias iradas”, Ériq satiriza las costumbres, los comportamientos absurdos y los ininteligibles recodos de la realidad donde solo el ser humano es capaz de suspender un examen sin preguntas. El Premio Nacional de Cuento Breve Julio Torri 2014 (la convocatoria de este año está abierta hasta el 27 de marzo) observa nuestros síntomas desde “Cantina México 70”, “La cola del banco” o incluso esa “Pinche dimensión desconocida” que, cuentan, sirve de refugio en la Ciudad de México: como “El aleph engorgordado”. Un ejemplo de hiperbrevedad eudaviana es el cuento titulado “Cristo”:

Vino a salvarnos y luego, otra vez, vino. (24)

Escribo estas líneas escuchando a Mariah Carey. Y me dan ganas de volver a releer La novela zombi, en voz alta (como merecen los buenos textos), para detenerme con cada palabra mexicana y mirar a través de ese vidrio del que rebosa un líquido que pocos se atreven a beber. Solo los zombis que habitan este mundo. O viceversa. Así gira “La esfera” (el decimoséptimo relato de treinta y seis):

Se sintió desdibujado como un vaso al sentir cuando una gota lo satura, no sabiendo si es de vidrio o si es de agua. (44)

En “Adiós, Susanita” el vaso parece la página que se rompe pero no se dobla:

Mariana no aguantó más y salió llorando ante las personas que se levantaban de los asientos, dudando en intervenir como si un vaso se hubiera trozado y prefirieran esperar al anfitrión para mostrarse acomedidos. (62)


#LaNovelaZombi en la reciente Feria Internacional del Libro de Guadalajara

Los rites de passage de Arnold van Gennep se separan en el relatoIniciación” para un retorno infinito; como esa poesía que, ambulante, se vende en el metro:

“Damitas, caballeros, mire le venimos a presentar aquí una selección de mi propia inspiración. Mire usted, soy músico y para solventar mis estudios, en vez de asaltarlos les traigo unas melodías p´amenizarles el trayecto y ésta se llama Mi Flor”. (69)

Muestra de esta poeticidad (p. 55)
es el primer comentario en
la última  foto(26/01) de Instagram
“La cola del banco” parece una prosa poética del chileno Raúl Zurita, por el ritmo, el estribillo, las reiteraciones..., no abusivas, sino prismáticas (como los vasos que, a galope, acogen y deforman al tequila); otorgando un nuevo punto de vista a esa ru(t)ina “de la desolación y la esperanza”. Ériq Sáñez se une a las Ficciones del mismo modo que la efe y la ele en su texto: ampliando el lazo del horizonte hasta el origen (α).

Si todavía dudan si comprar #LaNovelaZombi, quizá “Látex



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 o el audio de Letras libres les ayuden a decidirse.


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