miércoles, 18 de junio de 2014

En tu casa y en la mía: la clase del futuro



Facilit@mos
Hace una semana me llamó por teléfono mi primo. Tenía un examen de sintaxis en los últimos días de su curso, 3º de ESO, y me preguntó si podía echarle una mano. Al no poder acercarme a su casa antes de la prueba, le pregunté si tenía Skype. Me contestó que sí, así que quedamos en vernos en un par de horas para repasar, en su casa y en la mía: una nueva forma de dar clases particulares, a modo de emergencia, o por simple refuerzo. “¡Esto es la clase del futuro!”, decía mi primo.

Skype
            Durante una hora repasamos la teoría que previamente le había enviado por Facebook; practicamos con algunas oraciones, de forma oral; y conversamos sobre el uso de la lengua, estructurándola y organizándola en segmentos (sintagmas) y sentidos (complementos). Antes de terminar le pedí que abriera Facebook ‒sin cerrar Skype, por supuesto‒ y comprobara que había recibido las prácticas que debía completar y enviarme para que se las corrigiera. Es cierto que es incómodo analizar una oración en el ordenador (por eso de las rayas y los cajones que exigen los currículos de secundaria), pero al hacer las primeras ya se coge práctica. De todos modos, si nos quita demasiado tiempo analizar oraciones en un procesador de textos (como Microsoft Word u OppenOffice), existe una aplicación que ayuda a resolver esta compleja y tediosa rama de la asignatura de Lengua y Literatura españolas:

            José María Soler Areta, del I.E.S. “Humanejos” de Parla (Madrid) ha creado un programa, realizado en Neobook (sintaxis.zip), que desarrolla un gestor para el análisis sintáctico basado en un árbol jerarquizado de decisiones. “Sintaxino” es el presentador de esta herramienta donde cada alumno se registra con su nombre antes de comenzar la práctica sintáctica. El uso de la aplicación de Soler Areta es muy sencillo: basta con introducir la oración que se desea analizar y contestar a las preguntas que van apareciendo en relación a esa oración. Al final del ejercicio se puede generar un archivo compatible con el procesador de textos que se quiera utilizar para registrar y archivar las prácticas. No requiere ningún tipo de complemento para su uso, es suficiente con descomprimir el archivo en cualquier directorio, y hacer doble clic sobre el ejecutable.

            Pese a la necesidad de propuestas de este tipo, no existe todavía un programa que sea similar a la metodología que piden en el centro educativo. De este modo, existe el riesgo de que alguien se acostumbre a analizar oraciones con un sistema y no consiga relacionarlo con el que requiere el currículo. Es decir, un alumno puede saber responder a las preguntas que Soler Areta propone ‒que son acertadas y totalmente lógicas con la oración que se analiza‒ y perderse a la hora de responder al temido examen escrito.

            La solución para equiparar metodologías sintácticas podría ser el profesor particular. Una llamada a un licenciado en Filología Hispánica puede solucionar dudas puntuales que surgen a cualquier estudiante de cualquier parte del mundo y en cualquier momento. Es una forma rápida y fácil de contactar con un complemento educativo: en tu casa y en la mía.


1día1sonrisa
            Esta forma de dar clase es solo un ejemplo. Si alguien necesita reforzar una materia (Griego, Latín, Lengua y Literatura españolas...) de cara a las nuevas pruebas de julio, puede localizarme en nachoballester7@gmail.com. Podemos acordar la forma de ayuda (por Skype, correo, WathsApp...). Así, la tradicional “clase particular” cambiaría a “ayuda particular”, buscando un trato rápido y directo, que responda a las necesidades del alumno. También existe la opción de hacer grupos (Skype permite la conversación múltiple, compartir documentos, multitareas...) que tengan el mismo problema, para así resolver las dudas de forma conjunta: conjugando el aprendizaje cooperativo y el enfoque comunicativo que urgentemente requiere la educación.

            Mi primo me dio una idea. ¿Por qué no desarrollarla y ponerla en práctica? Desempolvemos las telarañas que tradicionalmente envuelven las herramientas de la filología para ofrecer una “ayuda particular” rápida, cómoda y sin problemas de desplazamiento, horarios o recursos: en tu casa y en la mía.

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