Como dos gaviotas
nos vimos aquel día,
aquella noche mejor,
volando sobre una playa sin pescado.
Las gaviotas son sepias con alas
que de vez en cuando
sueltan balas
Pero ese no era nuestro caso,
pues tímidos y desconsolados
fuimos a buscar consuelo
al fondo del pantano.
Como un dolor de muelas
aquellos peces de ciudad
se fugaron
con la gaviota más idiota:
y para nosotros no quedo más
que pedir una copa a la que flota.
Jose e Ignacio Ballester
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