La semana pasada
se celebró el Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México 10docsDF. Comentamos brevemente las
películas ganadoras de las categorías de “Hecho en México” (Tobías) y de “Fragmentos”
(Ausencias), ambas
proyectadas en la Cineteca Nacional.
Proyección gratuita al aire libre |
Ausencias
(México/ El Salvador, 2015), dirigida por Tatiana Huezo y producida por Anaïs
Vignal y Julio López, consigue tratar un tema (las desapariciones) que,
tristemente, se ha convertido en un lugar común, con una concisión y unos
planos que te identifican con el sufrimiento y la impotencia de la
protagonista. El movimiento de la cámara semeja la respiración agitada de los
espectadores. Así lo muestran los suspiros de desazón que se oyen entre las
butacas cuando la música se silencia. Además de narrarnos la historia desde el
punto de vista de la madre, vemos cómo lo siente la hermana, la olvidada por el
recuerdo de la ausencia. El termo de la familia es idéntico al de mi
departamento: eso, entre otros detalles cotidianos, me confirma que la tragedia
nos afecta a todos, nos acecha a cada uno.
Por otro lado, Tobías (México, 2015), dirigida por Francisca D’Acosta Turrent y
producida por Ramiro E. Pedraza, describe las diferencias y similitudes entre
el pueblo indígena de los Triquis (en Oaxaca) y el cosmopolitismo de la Ciudad
Condal (Barcelona). En este tránsito un niño juega al baloncesto desde las
riberas del río americano a los pabellones europeos, pero siempre descalzo. La
fotografía y la música confirman una historia que simboliza la evolución y las
necesidades humanas. La brevedad y el doblaje permiten que lo específico se
universalice.
Tanto Ausencias como Tobías
coinciden en la principal cualidad del cine documental: la veracidad de los
hechos. La soledad rural conjuga los temas de La Tirisia (México, 2014) que todavía se puede ver en la Cineteca Nacional.
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