El silencio está
lleno de yo. En singular. Así podríamos resumir el libro Biografía del silencio ([2012] 2015, Siruela) de Pablo d´Ors (Madrid, 1963). Con esta frase agramatical dejaríamos el libro, nos quitaríamos
las gafas, nos sentaríamos en una silla (no muy cómoda) y cerraríamos los ojos
parar abrirnos. Ya hemos hablado de meditación ACEM en este blog.
Parece un lugar común. Quizá lo sea. Pero realmente (signifique lo que
signifique esta palabra) hay algunas sentencias para enmarcar, mejores que las
de Coelho:
La felicidad es, esencialmente, percepción. […] si
nos limitáramos a percibir, llegaríamos por fin a lo que somos (28-29).
Meditar no es difícil; lo difícil es querer meditar
(36).
los pensamientos […] nunca logran calmarse del todo
por mucha meditación que se haga. Siempre sobrevienen, pero se sosiega nuestro
apego a los mismos y, con él, su frecuencia e intensidad (37).
Ese no-lugar es el ahora, el instante es la
instancia (63).
La vida como culto, cultura y cultivo (109).
Sacerdote y
escritor, d´Ors explica en cuarenta y nueve capítulos breves lo que significa para él la
meditación, la cual le lleva a estar en silencio, el cual le permite conectar
consigo mismo, quien no siempre se parece al que proyecta o cree ser, ausente
de lo importante de la vida: el aquí y el ahora; ambos adverbios resultan,
paradójicamente (o no, ojalá no), sinónimos de la meditación. Este ciclo
resume, creo, un libro, Biografía del
silencio, que forma parte de una trilogía. Un fenómeno editorial, no exento de polémica para algunos sectores de la iglesia (esta frase me suena).
Aquí hay algunos fragmentos disponibles de este ensayo ágil y sincero.
Sobre este tema puede leerse la ironía de Juan José Millás en su recopilación de relatos "Viva el silencio".
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