Carolina África
La Asociación de
Jóvenes Investigadores de Literatura Hispánica (ALEPH) celebró la semana pasada en Salamanca el XIII
Congreso Internacional «Geopoética: el espacio como significante y significado en la literatura hispánica». La dedicación de las organizadoras y de los participantes ponen en buen lugar los estudios literarios.
Del 12 al 15 de abril la Universidad
de Salamanca se llenó de doctorandos europeos, africanos, americanos o
asiáticos que trabajan la literatura hispánica: conferencias, teatro, buena comida, gente maja, una
ciudad y cuatro noches.
Plaza Mayor |
El martes por la tarde se respiraba
buen ambiente en el tren. Los alephianos ultimaban los detalles de lo que expondrían
en los días siguientes. De la estación al Colegio de Oviedo se puede pasar por la Plaza Mayor. Merece la pena
hacerlo, aunque la maleta y los adoquines hagan de las suyas. En un bar
regentado por las musas, la poesía acallaba los goles de Cristiano.
Las cigüeñas no se perdían una |
El Lazarillo |
El miércoles el centro se llenó de
mochilas rojas. Las repartían las organizadoras (Alba Agraz Ortiz, Raquel
Crespo Vila, Sheila Pastor Martín, Sara Sánchez Hernández). Lo hacían en la
Facultad de Filología (Salas A y D), frente a la Catedral. A los lados había
más sedes: los edificios de Traducción (Sala B) y Filología (Sala C). Las
cuatro sesiones paralelas normalmente reunían a tres ponencias de quince
minutos con sus respectivos debates. Por la tarde, después de comer sopa
castellana y codillo asado en Musicarte (junto a la Plaza Mayor), Fernando Aínsa dio la
conferencia inaugural sobre el tema que allí nos reunía: la Geopoética.
Salamanca desde la catedral |
Facultad de Filología |
Río Tormes |
El jueves fluía por el río Tormes.
El fresco espabilaba. Las campanas rompían las nubes y arrancaban las charlas.
Cualquier época o género literario atiende al significante y significado del
espacio. Sobre eso versó el Coloquio de creadores: María Ángeles Pérez López,
Alberto Olmos y Carolina África. Esta última es la directora de Vientos de Levante la obra que disfrutamos y sufrimos en el Teatro
Juan de la Enzina. Sus actores encarnaban varios personajes en torno a la
enfermedad de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Patatas meneás |
El nudo de la garganta
encerró las típicas patatas meneás y el tartar de atún del Bardo, así como la pasión que contagiaron los miembros en
la asamblea donde, entre otros cambios, el presidente Jesús Murillo Sagredo
(Universidad de La Rioja) dejó su puesto a la presidenta Sara González Ángel
(Universidad de Sevilla). Además, se votó a la candidatura para 2017. Será en
Barcelona, gracias a la propuesta encabezada por José Luis Ortiz y Jessica
Cáliz.
La Celestina |
El viernes cupo en la semana. Pese a
las intensas actividades y emociones, hubo tiempo para pensar en el mérito que
tiene la asociación y la organización, ponernos, melancólicos y visitar el toro
del Lazarillo, el Huerto de Calixto y Melibea o la catedral (es recomendable subir). Escuchamos las últimas presentaciones, apuntamos notas y señas.
Saludamos a Vicente del Bosque minutos antes de que lo invistieran Doctor Honoris Causa en la Universidad Pontificia. Comimos en El Ave el consomé homónimo y estofado
de marucha con el pan redondo y a cuadrículas. La digestión siguió la cadencia
segura, rigurosa y contagiosa de don Víctor García de la Concha en su clausura.
Se puso en pie para ver a quienes llenábamos el Aula Magna. Empezó igual que
terminó: con más ilusión que recuerdos. Entre ambas partes hubo tiempo para
animarnos en la investigación literaria y para aclarar la conquista que supone
un descubrimiento. Un metro de muro dejaba hueco a un cristal que recibía la
lluvia como preludio de las lágrimas de despedida. Pero ganó la risa de la cena
en Hall 88. Fue el pretexto para un nuevo nudo, un transbordo
de compañeros que son amigos. Un placer podercompartir con Aleph y la "sociudad" de Vicente Quirarte. Además, de la Universidad de Alicante participaron Ferran Riesgo, Arantxa Ferrández y Raquel López, quien siente en Madrid los vientos de Levante.
Víctor García de la Concha en el Aula Magna |
El sábado salió temprano el tren de
vuelta. Una maleta con libros me hizo pensar en lo que ALEPH nos enseñó y nos
contagió en tan poco tiempo. Pensé en dos personas: en Mitzi E. Martínez Guerrero, por hablar de Cristina Rivera Garza y recordarme que México está cerca de
Valladolid, y en Alberto Escalante, ganador del concurso de #Tuitealeph: «Del dónde al donde. De la elipsis al antecedente.
De la potencia al acto. Del destino al hogar. Por la ruta del acento».
¿Nos vemos en la próxima?
Gracias por la mención :-) Gran congreso, estupenda gente, maravillosa ciudad. Me alegro de que más de uno nos hayamos llevado un buen recuerdo. Un saludo.
ResponderEliminarUn abrazo, estimado Alberto. Gracias por el comentario. Y felicidades por el concurso de #tuitealeph. Fue un placer coincidir. Ojalá se repita :)
Eliminar