Obra de Antonio Azorín |
El 27 de marzo llegué a Quitapesares.
Eran las 12 y estaban a punto de inaugurar «Pause», de Antonio Azorín (Yecla,
Murcia, 1981). Me tomé una caña leyendo el periódico. Hablaban de La Celestina que dirige e interpreta José Luis Gómez. Me fijé
entonces en la obra de Azorín: cuadros (muchos de ellos ya vendidos) de
personas y peces, con formas curvas, tonos azules y ojos. Esta resulta la parte
más sorprendente de su obra, la que tienen en común las personas y los animales
que representa, aunque a veces ambos se intercambian los papeles. Podemos encontrar
cuerpos aparentemente frágiles, pero con una mirada segura, impertérrita;
o al revés: unas escamas uniformes en contraste con la alteridad ocular.
Algunas de las pinturas se expanden
por el marco. Las láminas te hacen dudar de cuál te llevas: ¿qué hace un chico
sentado en unas cañerías de un fondo naranja, oxidado, mientras de la cabeza le
brotan regaderas o alcachofas de ducha? También hay imanes de la poética de
Azorín, homenajeando a las Fiestas de Villena con avatares Moros y
Cristianos.
Antonio Azorín y Antonio Herrero en Quitapesares |
Quitapesares es un bar que cuida la cultura y prepara unas tapas distintas a las típicas. No
es muy grande, pero necesitas visitarlo varias veces para apreciar todos los
detalles que decoran sus paredes. Además, cuenta con una terraza donde probar
pollo relleno de dátil y queso manchego u hojaldre de espinacas con rulo de
cabra. No es caro y siempre hay buen ambiente.
Que Antonio Azorín exponga en
Villena y que Quitapesares trabaje por la cultura son noticia. El
arte y el bar se necesitan. Tenemos un mes para disfrutarlos a la vez. La dirección
no es casual: en Calle Pablo Picasso, 10.
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